"Váyanse ustedes que tienen hijos, yo me quedo": la historia del GRAN HÉROE de Malvinas

Es el único civil argentino que recibió en vida la Cruz al Heroico Valor en Combate. Su accionar salvó la vida a más de 100 compañero



El mismo día que tenía que volver a su hogar del servicio militar, Oscar Ismael Poltronieri, que entonces tenía 19 años, fue enviado a la Guerra de Malvinas.

Hoy luce con orgullo en su pecho la Cruz al Heroico Valor en Combate. Es el único civil de la historia argentina en haber recibido vivo esa distinción, además de otra del gobierno de Inglaterra.

Por años, lo abrumaron las necesidades económicas y el olvido. Ahora asegura que está bien, que le ayuda hablar en distintos lugares sobre lo que pasó y que tiene una asociación para reunir ropa y mercadería y llevarla a sitios donde se necesitan.

El viernes pasado, Mendoza fue sede del primer encuentro nacional de veteranos de la Guerra de Malvinas. Un grupo de ellos, de las tres fuerzas armadas, contó sus vivencias en la Facultad de Derecho de la UNCuyo. En este contexto, “Poltro” visitó la provincia y compartió su historia con Los Andes.

Lo cuenta como si fuera algo de todos los días, pero en el monte Dos Hermanas, cuando los soldados ingleses habían rodeado a su regimiento y el ataque les impedía la retirada, él decidió quedarse y cubrir a más de 100 compañeros. Lo hizo solo, enojado porque vio cómo moría un amigo, con una ametralladora, desde las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde.

Como no regresaba, lo dieron por muerto, pero volvió ileso. Con la misma llaneza, señala que cuando llegó a Puerto Argentino y vio la bandera blanca en el mástil y supo que habían muerto varios de sus compañeros, lloró.

Parece que le cuesta decirlo y que está más concentrado en el ahora. Repite que está bien, recuperado, que tiene trabajo y una pareja con la que es feliz (está divorciado de la madre de sus cuatro hijos).

Sin embargo, reconoce que, pese a que recibió la medalla en 1983, con 20 años, recién a los 25 consiguió trabajo y entretanto vendió cosas en los colectivos.

Después fue empleado durante 17 años en una importante empresa láctea, pero cuando cambió de dueños no le quisieron reconocer la antigüedad y se fue. Nuevamente sufrió el desempleo y la pobreza, hasta que ingresó como personal civil en el Hospital Militar, en el área de Suministros, donde sigue trabajando actualmente.

En diversas entrevistas, Poltronieri, oriundo de Mercedes (Buenos Aires), ha comentado que no había podido completar la primaria porque nació en una familia humilde y tuvo que trabajar desde pequeño, por lo que en Malvinas otros le leían y escribían las cartas. Esto hizo que, años más tarde, firmara unos papeles sin saber qué decían y perdiera una casa.

En ese contexto es comprensible que manifieste que fue difícil el olvido de la gente y que sienta que hoy los veteranos están recuperando un espacio.

De hecho, aprovecha cuanta oportunidad se presenta para ir a hablar sobre la guerra. Así fue como llegó a Chaco, conoció la realidad de El Impenetrable y organizó una colecta de alimentos y ropa para llevar. Ahora tiene una asociación civil para ayudar a otros.

También se muestra satisfecho con “lo que me dejó la guerra: un enemigo que hoy es como un hermano” . Se trata del soldado inglés Mark Curtis, quien ya lo ha visitado en cinco ocasiones, y en una de ellas, para el cumpleaños de “Poltro”, llegó acompañado de su hijo, que tenía la misma edad que él cuando fue a pelear al sur.

Vestido con su uniforme, con la Cruz al Heroico Valor en Combate, se saca fotos con los estudiantes que fueron a escucharlo a él y otros veteranos en la Facultad de Derecho.

Entre una y otra, confiesa que espera regresar, cuando las Malvinas estén en manos de los argentinos -volvió cuando se filmó el documental “El Héroe del Monte Dos Hermanas”, para recuperar algo que dejó allí.

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